La zarza ardiente:
Un proyecto en la RCC para la Iglesia

 


La espiritualidad de Pentecostés pertenece a toda la iglesia. La RCC ejemplifica esta espiritualidad en su vida y expresiones. El Papa Juan Pablo II confirmó esto aun más en la Solemne Vigilia de Pentecostés de 2004 en su homilía a toda la Iglesia, “Gracias al Movimiento Carismático, multitud de cristianos, hombres y mujeres, jóvenes y adultos, han vuelto a descubrir Pentecostés como una realidad viva en sus vidas cotidianas. Espero que la espiritualidad de Pentecostés se extienda por la Iglesia como un incentivo renovado a la oración, la santidad, la comunión y la proclamación. A este respecto aliento la iniciativa conocida como la “Zarza Ardiente”, promovida por la Renovación en el Espíritu. Se trata de la adoración incesante, día y noche, ante el Santísimo; es una invitación a los fieles a “volver al Cenáculo”, de manera que, unidos en la contemplación del Misterio Eucarístico, puedan interceder para la total unidad cristiana y para la conversión de los pecadores. Espero con entusiasmo que esta iniciativa conduzca a muchos a volver a descubrir los dones del Espíritu, cuya fuente original es Pentecostés.”(1)
La Iniciativa de la Zarza Ardiente da la oportunidad de responder a la llamada a una Nueva Evangelización, permitiendo a la Iglesia a vivir de nuevo una efusión del Espíritu Santo, los dones del Espíritu Santo, así ayudando a que tome forma la “cultura de Pentecostés”. La primera fuente de acción renovadora es la oración, que nos conecta con el Espíritu de Cristo que es “El que renueva la faz de la tierra” (Beata Elena Guerra).
La Iniciativa de la Zarza Ardiente desea ayudar al pueblo de Dios a experimentar un Pentecostés no sólo de un momento o de un día, sino un Pentecostés permanente, según la intuición de la Beata Elena Guerra quien, al final del siglo diecinueve, urgió al Papa León XIII a conducir a la Iglesia de regreso al Cenáculo/Estancia Superior de Jerusalén, para que la Iglesia se viera iluminada una y otra vez y ardiera como una zarza ardiente. En la primera de las doce cartas confidenciales de Elena al Papa León XIII escribió:
“Santo Padre, el mundo es perverso, el espíritu de Satanás triunfa en nuestra sociedad pervertida y arranca del Corazón de Jesús una multitud de almas; y en este terrible estado de cosas los cristianos no dedican ningún pensamiento a dirigir súplicas unánimes a Aquel que puede “renovar la faz de la tierra”. Las personas recomiendan todo tipo de devociones, pero mantienen silencio sobre esa única devoción que, según el Espíritu Santo de la Iglesia, debería ser la primera y principal. Las personas recitan tantas novenas, pero esa única novena, que por mandato de Nuestro Salvador en persona, fue recitada incluso por la Santísima María y por todos los Apóstoles, está ahora casi olvidada. Los predicadores alaban a todos los santos, pero ¿cuándo escuchamos alguna vez un sermón en honor del Espíritu Santo, Aquel que modela a los santos? …Por lo tanto, o Santo Padre, sólo usted puede hacer que los cristianos vuelvan al Espíritu Santo, de modo que el Espíritu Santo pueda volver a nosotros; derrote el reino maligno del diablo, y concédanos la largamente ansiada renovación de la faz de la tierra” (17 de abril de 1895). (2)
La Iniciativa Zarza Ardiente es una respuesta a la Carta Apostólica del Papa Juan Pablo II, Novo Millennio Ineunte, “...nuestras comunidades cristianas tienen que llegar a ser auténticas ‘escuelas de oración’, donde el encuentro con Cristo no se exprese solamente en petición de ayuda, sino también en acción de gracias, alabanza, adoración, contemplación, escucha y viveza hasta el ‘arrebato del corazón’ …Fue Pedro quien pronunció la palabra de fe: ‘...en tu palabra, echaré las redes’. Al comenzar este milenio, permitid que el sucesor de Pedro invite a toda la Iglesia a hacer este acto de fe, que se expresa en un compromiso renovado de oración. ‘Duc in Altum’ (Lc 5, 4)”. Además el Santo Padre le dijo a la RCC, “remad mar adentro en la oración” para “remar mar adentro en la misión”.
En el siglo pasado, cientos de millones en todas partes de la cristiandad se han encontrado con Dios en una experiencia de Cenáculo de un Pentecostés personal, el “bautismo en el Espíritu”; una experiencia concreta de la “gracia de Pentecostés” en la que la obra del Espíritu Santo se ha convertido en una realidad experimentada en nuestras vidas y en nuestras comunidades de fe. La Iniciativa Zarza Ardiente ayuda a seguir aventando la llama del Espíritu Santo y los dones del Espíritu Santo para el servicio de la Iglesia. Estamos en una época en el que Dios está llamando a su pueblo volver de nuevo a la Estancia Superior.
Seamos cada uno de nosotros embajadores del Espíritu Santo y de la espiritualidad de Pentecostés. Vivamos de la fuente de la oración en adoración e intercesión para toda la Iglesia, según la gracia que hemos recibido en nuestra experiencia de Pentecostés personal.

* Kim Catherine-Marie Kollins es miembro de ESCI (Subcomité europeo de ICCRS en sus siglas en inglés.)
1 ver Boletín de ICCRS, número especial Julio/Agosto 2004
2 Elena Guerra (1835-1914) fue beatificada por Juan XXIII bajo el título de “apóstol de la devoción al Espíritu Santo”

 

( Notiziero ICCRS, Mayo/Junio 2005; http://iccrs.org)

Kim Catherine-Marie Kollins
( © 2005)

arriba

download

mapa del sitio espanol